28.7.11

Las cuatro virtudes del buen estilo

La retórica fue, hasta hace poco tiempo,
 uno de los pilares de la educación en Occidente.
Según el contexto donde se dé la comunicación y el propósito de lo que se quiera transmitir, la retórica tradicional identifica tres géneros de discurso: el simple, el moderado y el sublime. Aunque cada uno tiene sus particularidades, es crucial que las siguientes cuatro virtudes del buen estilo estén presentes en todos los géneros:
  1. Claridad
  2. El buen estilo debe ser claro, es decir, limpio, transparente e inteligible (fácil de comprender). Y esto indiferentemente de que la composición sea natural, moderada o sublime.
  3. Ornamento
  4. Según el contexto, el escritor u orador debe saber utilizar no solo palabras comunes sino también "adornos", es decir, figuras retóricas (lenguaje figurado).
  5. Pertinencia
  6. La pertinencia es una cualidad fundamental del buen estilo pues permite saber qué viene a propósito y qué no según el mensaje que se quiere transmitir y la audiencia a la cual uno se dirige. Dicho de otro modo, la pertinencia determina cómo se deben entender la claridad y el ornamento en contextos comunicacionales específicos. Además, permite ser claro sin caer en la banalidad, o ser solemne sin caer en el preciosismo.
  7. Corrección
  8. La corrección tiene que ver con el dominio de las convenciones de la lengua hablada y escrita: gramática, ortografía y redacción, cuando se trata de textos escritos; pronunciación y entonación, además de las anteriores, cuando se trata de discursos o presentaciones orales.

Ver también:


¿Qué es la retórica?


Partes de la retórica


Las figuras retóricas


¿Para qué sirve la retórica?

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