27.5.12

No abusemos del verbo "manejar"

En Colombia, se ha extendido mucho el uso del verbo "manejar" en situaciones donde no es pertinente.

Se trata, sin duda, de la popularización de la jerga que utilizan los vendedores de carros. Para ellos, y para muchos vendedores de otros tipos de bienes y servicios, el verbo "manejar" se ha convertido en una muletilla.

Cualquiera que haya entrado a un concesionario de carros ha tenido que escuchar oraciones como las siguientes:

  • Esta versión del carro maneja vidrios eléctricos pero no maneja desempañador eléctrico.
  • Nosotros no manejamos la versión de lujo de este modelo.

Estos usos errados de "manejar" —patrocinados por vendedores que están convencidos de que este verbo hace que su discurso suene más elegante— se han vuelto comunes en otros tipos de establecimientos comerciales:

  • En este restaurante no manejamos cervezas extranjeras.
  • Nuestra librería no maneja libros de Alfaguara.

"Manejar" no es sinónimo de "tener" o "vender"

En todos los ejemplos anteriores, se utiliza el verbo "manejar" como si fuera sinónimo de verbos como "tener", "vender" o "distribuir". Por eso, estas oraciones serían más precisas (y elegantes, si de eso se trata) si se enunciaran de la siguiente manera:

  • Esta versión del carro tiene vidrios eléctricos pero no cuenta con desempañador eléctrico.
  • Nosotros no vendemos la versión de lujo de este modelo.
  • En este restaurante no vendemos cervezas extranjeras.
  • Nuestra librería no distribuye libros de Alfaguara.

Significados correctos del verbo "manejar"

Según el Diccionario Clave, estos son los significados principales de la palabra "manejar":

  1. Usar o utilizar, esp. si se hace con las manos: Este sastre maneja muy bien las tijeras.
  2. Gobernar o dirigir: Maneja con mano de hierro todos los negocios familiares.
  3. En zonas del español meridional, conducir: Voy a aprender a manejar.
  4. prnl. Desenvolverse o moverse con agilidad, esp. después de haber tenido un impedimento: Aún no estoy recuperada, pero ya me manejo bastante bien.

12.5.12

El libro electrónico sin misterios

Acabas de comprar un e-reader o estás pensando seriamente en dar el salto a la lectura digital. Supón que ya tienes el aparato en tu poder. Sientes que por fin te has puesto al día: el libro electrónico o e-book ya no es un tema esotérico de conversación sino una realidad.

Sin embargo, desde el momento en que desempacas tu e-reader te asaltan las dudas: ¿Y ahora qué? ¿Cómo programo este aparato? ¿Dónde puedo encontrar libros en español? ¿Qué programa debo usar para organizar mis bibliotecas electrónicas? ¿Tengo que comprar todos los e-books o hay libros gratuitos en línea? ¿Es posible leer PDFs en mi e-reader?

En este artículo encontrarás respuestas claras a estas preguntas. Los consejos y recomendaciones que vienen a continuación están basados en mi experiencia personal como lector de libros electrónicos. He notado, por conversaciones que he tenido con otros usuarios de los e-books, que la migración hacia este tipo de lectura no es transparente.

Muchas personas, por falta de información o de pericia, terminan archivando sus dispositivos electrónicos de lectura a los pocos días de haberlos comprado. La emoción de la novedad da paso a la frustración y esta desemboca en la renuncia. Todo lo anterior lleva a que muchos usuarios no logren sacarle el jugo a una tecnología versátil e innovadora que está cambiando la manera de leer en todo el mundo.

¿Qué dispositivo escoger?

La cantidad de marcas y de e-readers que hay en el mercado puede resultar abrumadora para los usuarios. Aquí no haremos un recorrido técnico por los diferentes productos que existen. Más bien, nos concentraremos en los criterios básicos para escoger un buen lector electrónico.

Diferencias entre un e-reader y un e-book

  • Un e-reader o lector de libros electrónicos es un dispositivo electrónico (un aparato) que sirve para leer libros en formato digital. Se trata entonces de un soporte de lectura, es decir, de un objeto en cuya superficie se registran las palabras que vamos a leer. Como un libro tradicional, un e-reader es transportable. A diferencia de un libro tradicional, puede contener muchísimos textos diferentes en lugar de uno solo. Así, un e-reader es una verdadera biblioteca digital portátil.
  • Un e-book o libro electrónico, en cambio, es una versión digital de un texto o de una obra literaria: novela, obra de teatro, ensayo, etc. Los e-books son los títulos que se pueden leer en un e-reader. Se trata de archivos digitales que no son muy pesados: en un Kindle con dos gigas de capacidad de almacenamiento caben aproximadamente 1600 libros electrónicos.

¿Leer libros o hacer de todo?

Si eres buen lector y quieres un aparato solo para leer libros, lo mejor es que compres un e-reader que utilice la tecnología de la tinta electrónica. Si quieres ver películas, navegar en internet, leer blogs, revistas y periódicos digitales, es preferible que adquieras una tableta.

  • Tinta electrónica
  • La diferencia entre un lector electrónico y una tableta radica en el funcionamiento de la pantalla.

    En los e-readers de tinta electrónica, como el Kindle o el Nook, la pantalla no emite luz. Por lo tanto, para leer en estos aparatos necesitas luz reflejada: una lámpara o la luz del sol.

    Gracias a esto, la experiencia de lectura en los e-readers es muy similar a la que proporciona la lectura sobre papel. Los ojos no se cansan y puedes leer por horas. Además, por su bajo consumo de electricidad, la carga de la batería de estos aparatos dura mucho tiempo (aproximadamente 3 semanas en el caso del Kindle).

    La desventaja de esta tecnología es que, en su estado actual de desarrollo, no sirve para ver imágenes a color. Por consiguiente, leer libros de arte o cómics en un e-reader puede resultar algo frustrante. Sin embargo, si lo que quieres es leer libros sin ilustraciones, un e-reader es la mejor opción.

  • Pantalla tradicional
  • La pantalla de una tableta, en cambio, como la de cualquier computador, emite luz y reproduce una amplia gama de colores. Aunque también puedes leer e-books en las tabletas, la experiencia de lectura en estos aparatos es menos cómoda que en un e-reader de tinta digital. Además, la carga de la batería no dura mucho tiempo.

    Las tabletas, como el iPad o el Kindle Fire, son ideales para leer contenidos multimedia. Esa es su gran ventaja. Sin embargo, si buscas que tu experiencia de lectura digital sea similar a la de leer un libro tradicional en papel, las tabletas no cumplirán ese propósito.

¿Cómo organizar mi biblioteca digital?

Para sacarle todo el jugo posible a tu e-reader y a tus e-books es fundamental que instales en tu computador un programa para la gestión y organización de tus bibliotecas digitales.

Estos programas, conocidos como gestores de libros electrónicos, te permiten manejar tu biblioteca electrónica de manera similar a como manejas tu música y tus videos con programas como iTunes o Windows Media Player.

Con un gestor de libros electrónicos puedes organizar tu biblioteca como te plazca: por autores, géneros, año de publicación, etc. Además, puedes modificar la portada o los metadatos de los libros que descargues. Estos programas también te permiten convertir libros digitales de un formato a otro para poder leerlos en diferentes e-readers.

Una de las grandes ventajas de los gestores de libros electrónicos es que te permiten mantener una copia de seguridad de tu biblioteca digital. Así, si extravías tu e-reader (o si se te daña), no perderás tu preciada colección de libros digitales. Para recuperar tus libros, solo tendrás que comprar un nuevo lector digital y sincronizarlo con tu programa de gestión de e-books.

Hay dos gestores gratuitos de libros digitales que son muy recomendables: Calibre y Adobe Digital Editions. Yo utilizo Calibre y estoy muy satisfecho. [Haz clic aquí para encontrar varios gestores de libros electrónicos gratuitos].

¿Es posible leer PDFs en mi e-reader?

El formato PDF es universal y casi todos los e-readers nuevos lo leen sin ningún problema. Sin embargo, el PDF no es un formato tan versátil como otros tipos de formatos de e-book (epub, mobi, azw, etc.). Mientras los otros formatos te permiten modificar el tamaño de letra, los PDFs aparecen en tu e-reader como una foto cuya diagramación no se puede modificar.

Sin embargo, puedes convertir tus PDFs a otros formatos que permitan una lectura más cómoda en tu e-reader usando Calibre. También recomiendo el programa gratuito Mobi Pocket Creator para crear e-books a partir de PDFs. Es un programa muy útil ya que en internet hay muchísimos libros electrónicos gratuitos en formato PDF.

Además, puedes usar Mobi Pocket Creator para crear tus propios e-books a partir de tus archivos en word. Así, cualquier escrito tuyo (ensayos, tesis, artículos, etc.) se puede transformar fácil y rápidamente en un e-book.

¿Dónde encontrar e-books gratuitos en español?

Una de las cosas que desaniman a los nuevos usuarios de e-readers es la idea de que tendrán que comprar todos sus e-books. Esto no es tan cierto pues hay muchísimos libros electrónicos que pertenecen al dominio público y, por lo tanto, se pueden descargar gratuitamente.

A continuación aparece una lista de sitios internet donde puedes encontrar e-books gratuitos en nuestra lengua:

  • Amazon
  • Amazon tiene una amplia oferta de libros electrónicos gratuitos en español. Para acceder a ellos tienes que abrir una cuenta de usuario. Allí encontrarás versiones electrónicas de libros clásicos de nuestra lengua como Don Quijote, La vida es sueño, Historia de la vida del Buscón o La Celestina, por no nombrar más que unos cuantos.

  • Proyecto Gutenberg en español
  • Se trata de una enorme biblioteca digital con títulos de dominio publico. Aunque la mayoría de los libros están en inglés, también hay bastantes obras en español.

  • Manybooks en español
  • En este sitio puedes descargar libros electrónicos gratuitos en muchos formatos para diversos e-readers.

  • Feedbooks dominio público
  • Amplia selección de e-books gratuitos en español.

  • Librodot.com
  • Excelente colección de libros digitales que se pueden descargar en varios formatos. Hay muchos en PDF.

6.5.12

¿Neva o nieva?: verbos con irregularidades vocálicas

Los verbos españoles son bastante irregulares. Sin embargo, los hispanohablantes somos poco conscientes de ello, pues hemos aprendido a dominar la conjugación a fuerza de práctica. Por eso, olvidamos a menudo cuán difíciles pueden llegar a ser algunos de los verbos de nuestra lengua.

Cuando un verbo irregular es de uso común, aprendemos a conjugarlo correctamente en el día a día sin preocuparnos mucho por sus irregularidades. Es el caso de verbos como hacer, ir o poner.

No obstante, hay otros verbos irregulares de uso no tan común que terminan volviéndose confusos. Así, cuando la mayoría de la gente los utiliza, lo hace incorrectamente. Como son pocos los que se preocupan por estudiar a fondo el español, estos errores de conjugación terminan extendiéndose por clases sociales, regiones o países y, en algunos casos, se convierten en la norma para muchas personas.

Algunos verbos problemáticos

En los siguientes ejemplos, todos los verbos están mal conjugados:

  • En Madrid casi nunca neva.
  • El agua herve a 100 grados centígrados.
  • ¡No apretes mucho esa tuerca!
  • Él nunca se cola en la fila de la cafetería.
  • Su actitud me forza a tomar medidas drásticas.
  • Tengo que ponerte un yeso para que los huesos solden.
La forma correcta de los verbos anteriores es la siguiente:
  • En Madrid casi nunca nieva.
  • El agua hierve a 100 grados centígrados.
  • ¡No aprietes mucho esa tuerca!
  • Él nunca se cuela en la fila de la cafetería.
  • Su actitud me fuerza a tomar medidas drásticas.
  • Tengo que ponerte un yeso para que los huesos suelden.

Las irregularidades vocálicas

1. Transformación de "e" en "ie"

Los verbos anteriores presentan irregularidades en las vocales. En el caso de nevar, hervir y apretar, la vocal "e" del infinitivo se transforma en el diptongo "ie" en todas las formas del singular y en la tercera forma del plural del presente del indicativo y del subjuntivo, así como en la segunda persona del imperativo.

Ejemplo: verbo apretar

Presente del indicativo
Yo aprieto
Tú aprietas
Él aprieta
Nosotros apretamos
Vosotros apretáis
Ellos aprietan
Presente del subjuntivo
Yo apriete
Tú aprietes
Él apriete
Nosotros apretemos
Vosotros apretéis
Ellos aprieten
Imperativo
--
(Tú) aprieta
(Ud.) apriete
(Nosotros) apretemos
(Vosotros) apretad
(Uds.) aprieten

Otros verbos que se conjugan como apretar

[Los verbos que tienden a generar más dudas aparecen en letra negrilla].
Acertar, acrecentar, alentar, arrendar, asentar, atravesar, calentar, cegar, cerrar, comenzar, concertar, confesar, denegar, desalentar, desenterrar, despertar, emparentar [*se admiten las dos formas: emparento o empariento], empezar, encerrar, encomendar, enmendar, ensangentar, enterrar, escarmentar, fregar, gobernar, helar, manifestar, mentar, merendar, negar, nevar, pensar, plegar, quebrar, recomendar, regar, remendar, restregar, segar, sembrar, sentar, temblar, tentar, tropezar.

2. Transformación de "o" en "ue"

En el caso de colar, forzar y soldar, la vocal "o" del infinitivo se transforma en el diptongo "ue" en todas las formas del singular y en la tercera forma del plural del presente del indicativo y del subjuntivo, así como en la segunda persona del imperativo.

Ejemplo: verbo forzar

Presente del indicativo
Yo fuerzo
Tú fuerzas
Él fuerza
Nosotros forzamos
Vosotros forzáis
Ellos fuerzan
Presente del subjuntivo
Yo fuerce
Tú fuerces
Él fuerce
Nosotros forcemos
Vosotros forcéis
Ellos fuercen
Imperativo
--
(Tú) fuerza
(Ud.) fuerce
(Nosotros) forcemos
(Vosotros) forzad
(Uds.) fuercen

Otros verbos que se conjugan como forzar

[Los verbos que tienden a generar más dudas aparecen en letra negrilla].
Acostar, almorzar, aprobar, avergonzar, colar, colgar, comprobar, concordar, contar, costar, degollar, demostrar, descolgar, desconsolar, descontar, despoblar, encontrar, mostrar, poblar, probar, recordar, recostar, reforzar, renovar, rodar, soldar, soltar, sonar, soñar, tostar, trocar, tronar, volar, volcar.

2.5.12

La tilde en monosílabos: problemas comunes

La regla es muy sencilla: los monosílabos —palabras de una sola sílaba— no llevan tilde en español.

Sin embargo, hay parejas (o tríos) de palabras monosílabas que, aunque tienen la misma pronunciación, poseen significados diferentes.

Para diferenciar dichas palabras en la lengua escrita existe la tilde diacrítica, un signo ortográfico que tiene como función ayudarnos a identificar el significado preciso de una palabra cuando hay riesgo de confusión.

Por desgracia, cada vez menos personas se preocupan por utilizar la tilde diacrítica, lo cual genera ambigüedad en la lengua escrita y hace que los textos pierdan claridad.

Aparecen a continuación las principales palabras monosílabas que se pueden prestar a confusión.

Tú y tu


Pronombre personal:
Tú eres muy importante para nosotros.
Tú y yo lograremos grandes cosas.
tu
Posesivo:
Nos gusta la calidad de tu trabajo.
Tu casa y mi casa son parecidas.

Él y el

él
Pronombre personal:
Él viene todos los días.
Él vendió la casa.
el
Artículo:
El libro es muy caro.
El vecino te llamó.

Sí y si


1. Adverbio de afirmación:
Sí, aún te quiero.
Dijo que sí.
2. Pronombre personal:
Pedro habla mucho de sí mismo.
3. Sustantivo :
¿Cuándo me vas a dar el sí?
si
1. Conjunción (con valor condicional):
Si fuera rico, compraría la casa.
Si dices la verdad, te irá bien.
2. Sustantivo (nota musical):
¿Puedes transportar la canción a si mayor?



Mí y mi


Pronombre personal:
¡Esa mujer no es para mí!
¡Yo me valgo por mí mismo!

mi
1. Posesivo:
Mi auto está fallando.
2. Sustantivo (nota musical):
La primera cuerda es un mi.

Té y te


Sustantivo (planta y bebida):
Prefiero el té al café.
El mejor té viene de la India.


te
1. Pronombre personal:
No te pude llamar.
¿Te das cuenta de lo que está pasando?
2. Sustantivo (letra):
¡Esa te debe ir en minúscula!

Dé y de


Forma del verbo "dar":
¡No me dé explicaciones!
Ellos quieren que les dé más tiempo.


de
1. Preposición:
Yo no soy de Madrid.
Vengo de mi casa.
2. Sustantivo (letra):
¡Esa de te quedó fea!

Sé y se


1. Forma del verbo "ser":
¡Sé más respetuoso!
2. Forma del verbo "saber":
Yo no sé hablar ruso.


se
Pronombre (con distintos valores):
No se lo dije.
¿Se lavó bien las manos?
Aquí se habla español.
Se hacen pasteles.


Más y mas

más
1. Cuantificador (adverbio, adjetivo, conjunción, etc.):
Él habla más rápido que yo.
¡Que no se hable más!
Yo tengo más experiencia que tú.
Dos más dos son cuatro.

mas
Conjunción adversativa equivalente a "pero":
Quiero ir, mas no contigo.





Ejercicios

Si quieres practicar el uso de la tilde diacrítica en monosílabos, haz los ejercicios del portal Reglas de ortografía.