31.7.11

El español frente a la tecnología

El contexto tecnológico actual supone grandes retos para el español. Casi a diario surgen nuevas tecnologías, programas, plataformas, prácticas o aparatos cuyos nombres provienen del inglés: "twitter, tablet, blog, google, wiki, webquest, cloud computing, chat, blackboard, blackberry, forward, download, etc.". Este tipo de palabras −que poseen una sonoridad ajena a la música "minimalista" del español− colorean nuestras conversaciones cotidianas y les dan un tinte exótico, que deleita a algunos pero choca a muchos más:
  • "Yo te forwardeo esos links para que tú downlodees la info en tu BB (/bi.bi/) y me mandes la respuesta por el chat".
  • "Ella va a googlear los nombres de los autores y con la información que encuentre va a escribir las reseñas. Luego las va a uploadear al website para que yo las pueda mirar en mi tablet, hacer las correcciones pertinentes y mandárselas a su E-mail".

29.7.11

El profesor como narrador

En marzo pasado tuve el privilegio de asistir al seminario Story, dictado por el especialista en escritura de guiones cinematográficos Robert McKee. En su famoso seminario, McKee explora la esencia de un oficio tan antiguo como la civilización misma: la narración de historias.

Me pareció pertinente asistir porque en mi curso de Apreciación Cinematográfica hago bastante hincapié en la escritura de guiones y en su posterior realización audiovisual. Conocer de primera mano las técnicas para el diseño de historias que enseña McKee puede ayudar a nuestros estudiantes a convertirse no sólo en mejores narradores, sino también en mejores lectores de textos audiovisuales y literarios.

Sin embargo, los estudiantes no deberían ser los únicos en gozar de los beneficios de un seminario como este. Nosotros los profesores también podemos sacar mucho provecho de las técnicas para la creación de historias que enseña McKee. Por la naturaleza misma de nuestro trabajo, los maestros pasamos muchas horas delante de un auditorio haciendo lo mismo que hacían nuestros antepasados remotos alrededor del fuego: narrar. Por eso, no es descabellado afirmar que todo profesor es, en gran medida, un narrador de historias.

28.7.11

¿Para qué sirve la retórica?

La retórica fue, hasta hace poco tiempo,
 uno de los pilares de la educación en Occidente.

Habría que preguntarse más bien: ¿Para qué NO sirve la retórica? Dondequiera que haya seres humanos la comunicación se torna inevitable. De hecho, si algo nos hace humanos, es justamente esa urgencia que tenemos de hablar y escribir para comunicar nuestros pensamientos, deseos y necesidades. Las tecnologías contemporáneas de la información y la comunicación ─las famosas TIC─ han ampliado de forma sorprendente las posibilidades que tenemos los individuos de crear y difundir mensajes (escritos, orales, visuales, etc.); no solo a escala local, sino también a escala planetaria. En este contexto, la retórica, con todas sus reglas y procedimientos para enseñarnos a hablar y a escribir bien, aparece como una de las disciplinas que es necesario redescubrir en el siglo XXI.

Las figuras retóricas

La retórica fue, hasta hace poco tiempo,
 uno de los pilares de la educación en Occidente.

Todo buen escritor u orador debe aprender a servirse de las figuras retóricas. Sin embargo, debe ser muy cauteloso para no abusar de ellas. Para entender, de manera sencilla, qué son las figuras retóricas, conviene aplicarles el nombre genérico de "imágenes".

Cada vez que usas palabras o construcciones gramaticales de una manera que las aleja de su significado corriente o literal, estás utilizando, sin saberlo, figuras retóricas. Se les puede llamar imágenes porque cuando nos servimos de ellas buscamos que quien nos lee o escucha sea capaz de "ver" aquello de lo que hablamos como si lo tuviera delante de los ojos. Bien utilizadas, las figuras retóricas añaden vigor, color, viveza y variedad al estilo. Mal utilizadas, pueden volverlo afectado, superficial, frívolo y extravagante.

Las cuatro virtudes del buen estilo

La retórica fue, hasta hace poco tiempo,
 uno de los pilares de la educación en Occidente.
Según el contexto donde se dé la comunicación y el propósito de lo que se quiera transmitir, la retórica tradicional identifica tres géneros de discurso: el simple, el moderado y el sublime. Aunque cada uno tiene sus particularidades, es crucial que las siguientes cuatro virtudes del buen estilo estén presentes en todos los géneros:
  1. Claridad
  2. El buen estilo debe ser claro, es decir, limpio, transparente e inteligible (fácil de comprender). Y esto indiferentemente de que la composición sea natural, moderada o sublime.
  3. Ornamento
  4. Según el contexto, el escritor u orador debe saber utilizar no solo palabras comunes sino también "adornos", es decir, figuras retóricas (lenguaje figurado).
  5. Pertinencia
  6. La pertinencia es una cualidad fundamental del buen estilo pues permite saber qué viene a propósito y qué no según el mensaje que se quiere transmitir y la audiencia a la cual uno se dirige. Dicho de otro modo, la pertinencia determina cómo se deben entender la claridad y el ornamento en contextos comunicacionales específicos. Además, permite ser claro sin caer en la banalidad, o ser solemne sin caer en el preciosismo.
  7. Corrección
  8. La corrección tiene que ver con el dominio de las convenciones de la lengua hablada y escrita: gramática, ortografía y redacción, cuando se trata de textos escritos; pronunciación y entonación, además de las anteriores, cuando se trata de discursos o presentaciones orales.

Ver también:


¿Qué es la retórica?


Partes de la retórica


Las figuras retóricas


¿Para qué sirve la retórica?

Partes de la retórica

La retórica fue, hasta hace poco tiempo,
 uno de los pilares de la educación en Occidente.
La retórica comprende tres partes:
  1. La invención (inventio): fase de preparación en la cual el escritor u orador busca las ideas que quiere transmitir y los temas que desea abordar.
  2. La disposición (dispositio): fase en la que se organizan ─se disponen─ las ideas. Aquí se define la "arquitectura textual" o estructura retórica de la composición (escrito, presentación, discurso, etc.). Lo más recomendable es estructurar la composición en tres partes:
    • Exordio o comienzo
    • Corresponde a lo que hoy llamamos, simple y llanamente, introducción. En el exordio se busca despertar la curiosidad del público (o del lector) por el tema que se va a tratar. Para lograrlo, es necesario presentar dicho tema breve y claramente. Si se va a defender una tesis explícita, esta se debe presentar aquí. También es conveniente enumerar las partes en que se dividirá la composición para que el lector u oyente conozca de antemano el "recorrido" propuesto por el autor.
    • Cuerpo o desarrollo
    • El cuerpo o desarrollo consta de dos grandes partes. La primera, que en latín recibía el nombre de narratio, constituye una declaración de los hechos que el público debe conocer antes de que se presenten los argumentos principales. La segunda, conocida como la argumentación, puede subdividirse a su vez en dos partes: la confirmación y la refutación. En la confirmación se presentan y se prueban los argumentos o razones que respaldan la tesis del escritor u orador. En la refutación se contradicen, una a una y dando razones, las tesis relevantes que puedan surgir como oposición a la tesis defendida por el autor.
    • Peroración o conclusión
    • En la conclusión se suele reiterar la tesis y hacer un resumen de los argumentos que la prueban. Es también el momento indicado para dar la "estocada final" al lector u oyente; es decir, para inspirarlo, convencerlo de que las ideas expuestas son verdaderas y persuadirlo de que haga algo o piense de cierta forma. Para lograr todo esto, el autor debe ser capaz de despertar las emociones del público mediante un uso sofisticado de la palabra.
  3. La elocución (elocutio)
  4. Después de haber hallado sus ideas (invención) y de haberlas organizado lógicamente (disposición), al autor solo le resta ahora encontrar las palabras adecuadas para dar forma a su composición. Eso se hace en la última fase, llamada elocución. En esta etapa el autor tiene que ocuparse principalmente del estilo que quiere imprimirle a la composición.

    Definir el concepto de "estilo" no es tarea fácil. [Próximamente publicaré un artículo dedicado únicamente a este tema]. Por ahora, basta con saber que la selección de las palabras, su ordenamiento en el discurso y el tono son aspectos fundamentales para la construcción del estilo. A la retórica siempre le ha interesado el buen estilo. Este se caracteriza, ante todo, por la claridad. Para Aristóteles, la claridad lleva a la comprensibilidad y esta, a su vez, hace posible la persuasión que es para él la finalidad de la retórica.

    En la retórica clásica ─cuyo interés primordial era la oratoria─ la elocución era también el momento de perfeccionar la pronunciación o dicción, el gesto o la acción y las figuras retóricas.


Ver también:


¿Qué es la retórica?


Las cuatro virtudes del buen estilo


Las figuras retóricas


¿Para qué sirve la retórica?

27.7.11

¿Qué es la retórica?

La retórica fue, hasta hace poco tiempo,
 uno de los pilares de la educación en Occidente.
Es bastante probable que tus abuelos ─y los abuelos de tus abuelos─ supieran no solo qué es la retórica, sino también cuáles son sus partes principales y para qué sirve. Esta disciplina fue, hasta hace relativamente poco tiempo, uno de los pilares de la educación en Occidente. Sin embargo, el estudio de la retórica en los colegios perdió popularidad en la segunda mitad del siglo XX y hoy, por desgracia, solo unos pocos especialistas están familiarizados con esta importante disciplina.

No obstante, el mundo contemporáneo está presenciando un "renacimiento" de la retórica. Todo parece indicar que esta disciplina está llamada a convertirse en uno los saberes fundamentales del hombre contemporáneo. Si es verdad que vivimos actualmente en una "sociedad de la información", resulta entonces indispensable que todos los ciudadanos aprendamos a comunicarnos correcta y efectivamente mediante el uso consciente y cuidadoso tanto de la lengua hablada como de la escrita. Y este es precisamente el territorio de la retórica.

23.7.11

"Lo que es" no quiere decir nada

La construcción "lo que es" no les aporta nada a tus textos ni a tu discurso oral ya que no significa nada. Considera los siguientes ejemplos:

  • "Mañana vamos a examinar lo que es la literatura de la última década en España".
  • "A su izquierda pueden ver lo que son las oficinas del Ministerio de Hacienda".
  • "La ola de calor afectará lo que es el centro del país".
En estos casos puedes eliminar "lo que es" y tus oraciones serán mucho más exactas:

  • "Mañana vamos a examinar la literatura de la última década en España".
  • "A su izquierda pueden ver las oficinas del Ministerio de Hacienda".
  • "La ola de calor afectará el centro del país".

"Lo que es": una construcción coloquial

La gente a veces usa la construcción "lo que es" para hacer énfasis en ciertas ideas, como en el siguiente ejemplo: "Lo que es mi presupuesto, no es suficiente para una inversión de esa magnitud". Sin embargo, esto solo es aceptable en el lenguaje oral y en contextos muy informales.

Nos sumamos a la Fundación del Español Urgente (Fundéu) para advertir que "el uso innecesario de la construcción lo que es [...] debe evitarse en el lenguaje periodístico por carecer de significado". (Ver la recomendación "Lo que es", construcción coloquial innecesaria de Fundéu).

Muchos periodistas usan "lo que es" hasta la saciedad. Tanto, que esta construcción se ha convertido en una muletilla. Por desgracia, esta odiosa tendencia parece haberse extendido también al mundo empresarial, donde es cada vez más común oír a la gente decir y escribir "lo que es" indiscriminadamente.

No olvides que en el uso de la lengua "menos siempre es más". Por eso, lo mejor es que te acostumbres a NO usar la construcción "lo que es" pues, como se ha explicado aquí, no quiere decir nada.

22.7.11

¿Prever o preveer?

El verbo "preveer" no existe en español. Sin embargo, goza de mucha popularidad entre algunas personas. Así, no es inusual toparse con oraciones de este estilo:
  • "Tienes que preveer las dificultades que se van a presentar".
  • "Juan prevee gastar poco dinero en la primera fase del proyecto".
  • "Ellos no preveyeron que el computador pudiera fallar".
Todas estas oraciones son incorrectas. "Prever", con una sola e, es el verbo indicado en los ejemplos anteriores:
  • "Tienes que prever las dificultades que se van a presentar".
  • "Juan prevé gastar poco dinero en la primera fase del proyecto".
  • "Ellos no previeron que el computador pudiera fallar".
Este error proviene del cruce de dos verbos españoles: "prever" y "proveer". Como la pronunciación de estos verbos tiende a confundirse, es bastante probable que esta confusión haya generado la forma híbrida "preveer" que compite, en el uso, con la forma correcta "prever".

16.7.11

"Aplicar a una universidad o a un trabajo": anglicismo superfluo

Parece inevitable: cada vez más y más personas utilizan el verbo "aplicar" como un calco del verbo inglés "to apply". Así, proliferan hoy en el español americano oraciones como estas:
  • "Voy a aplicar a muchas universidades".
  • "Pedro aplicó a un trabajo en una petrolera".
Este fenomeno también afecta al nombre "aplicación", produciendo enunciados como:
  • "Estoy muy ocupado llenando las aplicaciones a las universidades".
  • "Para este trabajo puedes llenar una aplicación en línea".

¿Qué es un anglicismo superfluo?

Usadas de esta manera, las palabras "aplicar" y "aplicación" constituyen lo que se conoce como un anglicismo superfluo. El problema en este caso particular es que en español existen verbos y sustantivos que significan exactamente lo mismo que las palabras inglesas "apply" y "application" en los contextos descritos más arriba. Por lo tanto, no se justifica que sigamos tomando las palabras españolas "aplicar" y "aplicación" y les apliquemos ─en este caso sí está bien usado el verbo─ significados que normalmente no tienen en nuestra lengua.

12.7.11

No abusemos del relativo "el cual"

Muchas personas ─tal vez porque creen que utilizar "el cual" es más elegante que decir simplemente "que"─ suelen escribir oraciones como esta:

  • "El libro el cual estoy leyendo es muy interesante".
Este uso de "el cual", además de incorrecto, resulta pesado para el lector u oyente, y le resta claridad a la idea que se quiere expresar. La forma correcta en este caso es:
  • "El libro que estoy leyendo es muy interesante".
Sin embargo, las siguientes dos oraciones sí son correctas:
  • "El libro, el cual estoy leyendo lentamente, es muy interesante".
  • "El libro del cual te hablé es muy interesante".
¿Cuándo se puede usar "el cual" y cuándo no? ¿Cuándo es obligatorio hacerlo? Para entender los usos correctos de "que" y "el cual" es necesario que sepas qué es una oración relativa.

10.7.11

Internet: ¿futuro del español?

Todo parece indicar que el español es una de las lenguas más "saludables" en el contexto digital contemporáneo. Una prueba irrefutable de esto es el número de visitas diarias al sitio Internet del Diccionario de la Real Academia Española (RAE): un millón. Instituciones como la RAE, el Instituto Cervantes o la Fundación del Español Urgente hacen un trabajo incansable por promover el uso correcto y efectivo de nuestra lengua. Sus portales de Internet son herramientas muy valiosas para todo aquel que se preocupa por mejorar sus habilidades lingüísticas.

8.7.11

¿Qué es un párrafo?

"El párrafo es como una mano que coge
objetos variados [...]" Louis Timbal-Duclaux.
Hace poco, durante un examen final en que pedí a mis estudiantes que escribieran un ensayo de cuatro párrafos, me sorprendió la siguiente pregunta formulada por un muchacho de último año de bachillerato: "Profesor, ¿podría usted definir qué entiende por párrafo?". Al comienzo pensé que se trataba de una broma ─y quizás sí se trataba de una broma─ pero la pregunta me quedó sonando.

Los profesores creemos a veces que ciertos conceptos básicos ya están asimilados por los estudiantes y, por eso, no consideramos oportuno ni necesario volver a ellos. ¿Qué tal que ese alumno realmente haya sido presa de una duda momentánea con respecto a la definición de "párrafo"? ¿Sabemos todos qué es un párrafo?

6.7.11

¿Cuándo hay que evitar las mayúsculas?

Quizás por influencia del inglés, muchos hispanohablantes cometen el error de usar las mayúsculas en las siguientes situaciones donde NO se deben emplear:
  • En los días de la semana, los meses del año y las estaciones. Ejemplo: miércoles, septiembre, otoño.
  • En los idiomas y las nacionalidades: inglés, portugués, chileno, “Ese señor es alemán”.
  • En todas las palabras que conforman el título de obras artísticas (novelas, películas, cuadros, ensayos, etc.). En estos casos sólo se escribe con mayúscula la inicial de la primera palabra, el resto de palabras deben ir en minúscula (a menos que sean nombres propios): “Cien años de soledad”; “El silencio de los inocentes”; “La vida es sueño”; “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada”.

5.7.11

Book

Esta es la versión completa de Book, un gracioso e interesante elogio al libro y a la lectura tradicional.


4.7.11

El judeo-español o ladino: un viaje al pasado del español

A primera vista, el siguiente párrafo parece escrito en español pero por alguien con muy mala ortografía, o por algún escritor de los que proponen que la ortografía de nuestra lengua se reforme radicalmente:

"El djudeo-espanyol, djudio, djudezmo o ladino es la lingua favlada por los sefardim, djudios ekspulsados de la Espanya enel 1492. Es una lingua derivada del espanyol i favlada por 150.000 personas en komunitas en Israel, la Turkia, antika Yugoslavia, la Gresia, el Maruekos, Mayorka, las Amerikas, entre munchos otros". (Tomado del artículo “Idioma judeo-español” de Wikipedia).

Verbo

Palabra que expresa un proceso ─acción, estado, cambio de estado, fenómeno natural─ y lo sitúa en el tiempo. Los verbos nos dan información sobre todo lo que les ocurre a las personas, animales y cosas que existen. Funcionan como núcleo del predicado.

Ejemplos:

“María cantó”; “Mañana lloverá”; “Los niños habían crecido rápido”.

Pronombre

Palabra que sustituye al nombre y, por eso, puede usarse como núcleo del sujeto. Sin embargo, el pronombre no posee un significado fijo. Su sentido depende del contexto comunicativo en que se encuentre.

Ejemplos:

Yo, mi, que, usted, alguien,quién, cuál, etc.

Preposición

Palabra que expresa las diversas relaciones que se establecen, en la realidad, entre dos o más personas, animales y cosas. Las preposiciones también nos dan información sobre las relaciones que existen entre esas personas, animales y cosas y todo lo que les ocurre o los afecta.

Ejemplo:

“Trabajo para IBM”; “Me bajo en la esquina”; “Traje una botella de vidrio”; “Tuvo una gran influencia en mi vida”.

Nombre o sustantivo

Palabra que designa todo tipo de personas, animales y cosas. Los sustantivos nombran todo lo que existe, ya sea en el mundo real o en nuestra imaginación. Funcionan como núcleo del sujeto.

Ejemplos:

Mesa, belleza, justicia, España, María, etc.

Interjección

Palabra que expresa emociones, sentimientos o sensaciones. La interjección es relativamente independiente del resto de la oración. Por escrito, suele aparecer entre signos de exclamación.

Ejemplos:

¡Ay!; ¡Bah!; ¡Hola!

Conjunción

Palabra que enlaza oraciones, frases y palabras estableciendo relaciones lógicas entre ellas.

Ejemplos:

“No iré porque estoy enfermo”; “La ciudad es grande y moderna”.

Adverbio

Palabra que modifica a los verbos, a los adjetivos y a otros adverbios. Los adverbios dan infinidad de detalles ─circunstancias, modo, lugar, tiempo, intensidad, etc.─ sobre las cosas que ocurren o existen en el mundo.


Ejemplos:

“Pedro habla inglés muy bien”; “Yo vivo lejos”; “Voy a cocinarlos lentamente”.

3.7.11

Adjetivo

Palabra que modifica a un nombre atribuyéndole cualidades, estados o características. Los adjetivos nos dan detalles sobre las personas, los animales y las cosas que existen. Especifican cómo son, cuáles son sus propiedades, dónde se encuentran, de dónde provienen, etc.

Ejemplos:

Carro blanco; mujer valiente; ese árbol; comida mexicana, etc.

Artículo

Palabra que se pone antes de un nombre para indicar si este es conocido o desconocido para quien lee o escucha una oración. Los hay de dos tipos: definidos (el, la, lo, los, las) e indefinidos (un, una, unos, unas). Además, el artículo señala el género y el número del nombre que le sigue.

Ejemplos:

El animal (masculino, singular); Unas amigas (femenino, plural).

¿Qué es una tesis?

Un tema, por más delimitado que esté, no es una tesis. La tesis de un ensayo tiene dos funciones principales: 1) delimitar el tema del trabajo; 2) exponer claramente el propósito que tiene el autor al escribir sobre ese tema en particular. Lo más recomendable es que formules tu tesis en el párrafo introductorio de tu ensayo. Así, podrás exponer claramente desde el principio la idea central que defenderás y probarás a lo largo del texto.

El día E


El pasado 18 de junio se celebró en todo el mundo el Día del Español. Esta fiesta anual de nuestro idioma, promovida por el Instituto Cervantes, cobra cada vez más fuerza. El Día E, que se celebra desde el año 2009, busca promover la cultura hispánica en los cinco continentes. Según el Instituto Cervantes, hay muchos motivos para sentirnos orgullosos del español:

El dequeísmo



El dequeísmo es un error gramatical que se ha extendido muchísimo en los últimos años. No es extraño oír ─y, últimamente, leer─ oraciones como: “Ella me dijo de que te llamara”; o bien “Es posible de que llueva mañana”. En el primer ejemplo la forma correcta es: “Ella me dijo que te llamara”. En el segundo se debió decir: “Es posible que llueva mañana”.

¿Qué es una metáfora?

Mucha gente piensa que las metáforas son tan difíciles de usar que sólo los grandes poetas saben hacerlo. Eso no es verdad. Todos los seres humanos recurrimos a las metáforas a diario para poder explicar el mundo que nos rodea.

He aquí algunos ejemplos de metáforas:

  • Ese tipo es un zorro.
  • María es una mansa paloma.
  • El examen fue un regalo.

Cuando dices “Ese tipo es un zorro”, sugieres que es una persona muy astuta, incluso fría y calculadora.

“María es una mansa paloma” proyecta en la mente del lector o del oyente la idea de que María es tranquila, pacífica e inofensiva.

Al decir “El examen fue un regalo”, sugieres que el examen estuvo tan fácil que fue como si te hubieran regalado la nota.

Cuando hablas de las “patas” de una silla o del “cuello” de una botella también estás utilizando lenguaje metafórico. En todos estos casos, tratas de explicar algo en términos de otra cosa.

Definición

Una metáfora es una comparación entre dos cosas de naturaleza diferente. Por lo general, se utiliza para lograr que una persona comprenda algo imaginándose las características de otra cosa.

“Ella tiene manos de seda” es una metáfora. Al utilizarla, invitas a quien te escucha a que vea unas manos en términos de otra cosa: la seda. La palabra “manos” se carga entonces de nuevos significados, propios de la seda, tales como “suavidad”, “calidad”, “belleza”, etc.

Las metáforas sirven para explicar el mundo

A nuestro cerebro siempre le resulta más cómodo entender las cosas si las compara con otras. Por eso, la metáfora nos sirve para comprender mejor todo lo que sucede a nuestro alrededor. De hecho, muchas de las ideas que tenemos sobre el mundo se basan en metáforas.

Por ejemplo, mucha gente piensa que el amor es una guerra: hay que “luchar” para “conquistar” al ser amado. Hay que “diseñar estrategias” y “ganar terreno” para que la persona que uno desea conquistar “se rinda”. De ahí el famoso refrán: “En la guerra y en el amor todo se vale”.

Otra metáfora muy común en la que se basan nuestras vidas es la idea de que “el tiempo es oro”. Por eso, hablamos de no “malgastar” nuestro tiempo. También decimos que debemos aprender a “invertir” nuestro tiempo en cosas útiles. Siempre estamos buscando la manera de “ahorrar” tiempo y muchos ya se han dado cuenta de que en el mundo actual “el tiempo libre es un lujo”.

Algunas metáforas poéticas

Aunque todos usamos metáforas, son los poetas, los escritores y los compositores de música popular quienes más recurren a ellas. ¿Cuál es la diferencia principal entre las metáforas cotidianas que usamos todos y las metáforas de los artistas? Por lo general, las metáforas de los artistas son más impredecibles que las metáforas del día a día. Cuanto más alejadas estén entre sí las dos cosas que se comparan, más sugestiva e intrigante resultará la imagen que produce la metáfora.

Disfruta de algunas metáforas poéticas memorables sacadas de poemas y canciones:

  • “Tu amor es un periódico de ayer / que nadie más procura ya leer /sensacional cuando salió en la madrugada / a mediodía ya noticia confirmada / y en la tarde materia olvidada”. (Tu amor es un periódico de ayer; autor: Tite Curet Alonso; canta: Héctor Lavoe).
  • “¿Qué es la vida? Un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión, / una sombra, una ficción, / y el mayor bien es pequeño; / que toda la vida es sueño, / y los sueños, sueños son”. (La vida es sueño, Pedro Calderón de la Barca).
  • “Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. / Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro”. (La canción desesperada, Pablo Neruda, 1924).
  • “Yo no encuentro un corazón /que me sepa acotejar / cuando yo llego a tu puerta / llega la abeja al panal / llega la abeja al panal. (Como abeja al panal, Juan Luis Guerra).

Estamos estrenando ortografía


El pasado 17 de diciembre de 2010, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) presentaron la última edición de la Ortografía de la lengua española . Esta nueva edición ─que remplaza la de 1999─ es el manual ortográfico más completo y ambicioso que hayamos tenido jamás los hispanohablantes.

¿Había o habían?

Entre los hispanohablantes, es muy común oír o leer frases como las siguientes:
  • Habían muchas personas en la fiesta.
  • Van a haber problemas.

Se trata de un error frecuente que consiste en poner el verbo “haber” en plural para que concuerde con el complemento que lo acompaña: “muchas personas”, en el primer ejemplo, y “problemas”, en el segundo.

En estos casos, las formas correctas son:

  • Había muchas personas en la fiesta.
  • Va a haber problemas.

Es decir, el verbo haber en este tipo de construcciones se debe conjugar siempre en la tercera persona del singular sin importar que el complemento esté en plural.

“Haber + sustantivo”: forma impersonal

En español, la construcción “haber + sustantivo” ─utilizada para expresar la existencia de algo─ es impersonal. Todas las construcciones impersonales son invariables. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que no tienen sujeto y, por eso, hay que conjugarlas siempre en la tercera persona del singular.

Cuando decimos “Había muchas personas en la fiesta”, muchas personas no es el sujeto de había sino su complemento directo. La prueba de lo anterior está en que, si prolongáramos la idea, no diríamos “Ellas habían en todos los rincones” sino “Las había en todos los rincones”. Del mismo modo, después de “Va a haber problemas”, añadiríamos “Los va a haber muy pronto” y no “Ellos van a haber muy pronto”.

¿De dónde viene la confusión?

La gente confunde a menudo el uso de la construcción “haber + sustantivo” con el de otros verbos de significado similar tales como estar, existir y ocurrir. Estos verbos, que no son impersonales, sí tienen que concordar con el sujeto mientras que “haber + sustantivo” no. Unos cuantos ejemplos bastan para ilustrar este punto:

  • “Algunos libros estaban en el suelo” (correcto). “Habían algunos libros en el suelo” (incorrecto).
  • “Existían muchas evidencias” (correcto). “Habían muchas evidencias” (incorrecto).
  • “Ocurrían bastantes crímenes en ese barrio” (correcto). “Habían bastantes crímenes en ese barrio” (incorrecto).

Confusión con el inglés

En inglés, la expresión equivalente a “haber + sustantivo” no es invariable. Por eso, se dice “There is a book on the table” y “There are books on the table”. Esto puede confundir a los hispanohablantes que viven en países anglófonos llevándolos a traducir inconscientemente esta estructura al español y, por consiguiente, a ponerle una forma plural al verbo haber.

“Haber + sustantivo” en presente

Un buen truco para recordar que la construcción “haber + sustantivo” es invariable es poner la oración que causa duda en presente. Por ejemplo, si dudas entre “Habían muchas personas en la casa” y “Había muchas personas en la casa”, sólo tienes que poner esta oración en presente. En este tiempo verbal, el uso de la estructura resulta menos confuso: “Hay muchas personas en la casa”. Si quisieras poner en plural el verbo “haber” en este ejemplo, tendrías que decir “Hayn muchas personas en la casa”. Esto suena tan extraño que pone rápidamente en evidencia que el verbo haber debe ir siempre en singular cuando se usa para expresar la existencia de algo.

Algunos ejemplos

Recuerda entonces que, cuando uses la construcción “haber + sustantivo”, debes conjugar siempre el verbo haber en la tercera persona del singular. A continuación aparece una lista que te permitirá comparar el uso incorrecto y el correcto de “haber + sustantivo” en varios tiempos verbales y construcciones gramaticales:

  • “Hubieron muchos problemas” (incorrecto). “Hubo muchos problemas” (correcto).
  • “Habían muchos problemas” (incorrecto). “Había muchos problemas” (correcto).
  • “Habían habido muchos problemas” (incorrecto). “Había habido muchos problemas” (correcto).
  • “Han habido muchos problemas” (incorrecto). “Ha habido muchos problemas” (correcto).
  • “Van a haber muchos problemas” (incorrecto). “Va a haber muchos problemas” (correcto).
  • “Habrán muchos problemas” (incorrecto). “Habrá muchos problemas” (correcto).
  • “Pueden haber muchos problemas” (incorrecto). “Puede haber muchos problemas” (correcto).
  • “Suelen haber muchos problemas” (incorrecto). “Suele haber muchos problemas” (correcto).
  • “No creo que hayan muchos problemas” (incorrecto). “No creo que haya muchos problemas” (correcto).

2.7.11

Generalidades sobre el uso de mayúsculas

A primera vista, las mayúsculas no parecen difíciles en español. La práctica constante de la escritura nos familiariza con las reglas que rigen su utilización. Sin embargo, ¿por qué nos asaltan tan a menudo dudas a este respecto? ¿Por qué nos topamos tan seguido con palabras que no sabemos si deben o no llevar mayúscula? En este artículo exploraremos los casos más comunes en que las reglas sobre el uso de mayúsculas pueden resultar difíciles.

Sala de urgencias para el español

Es tarde en la noche. La ciudad duerme. Solo se ve luz en tu ventana. Estás trabajando en un ensayo importantísimo que debes entregar mañana a primera hora. De pronto te asaltan varias  dudas con respecto al uso de la lengua: ¿Cuál es la ortografía de esta palabra? ¿Esta expresión es correcta? ¿Cómo se conjuga este verbo? ¿Esta oración está bien redactada? “¡Auxilio!”─ gritas. “Auxilio”. Necesitas ayuda urgente, necesitas una sala de urgencias para el español… ¡Que no cunda el pánico! El mundo moderno te ofrece herramientas para enfrentar esas dudas lingüísticas que te quitan el sueño. Te recomiendo 3 salas de urgencias para el español:

Consejos para escribir un ensayo

El ensayo es el tipo de escrito que más comúnmente tienen que presentar los estudiantes en los colegios y universidades. Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) , un “ensayo” es un “escrito en prosa en el cual un autor desarrolla sus ideas sobre un tema determinado con carácter y estilo personales”. El punto de vista personal es la clave de un buen ensayo. Aunque es importante que en tus ensayos expongas información sobre diversos temas, debes tratar de hacerlo siempre presentando tu opinión personal sobre esos temas.

Las partes de la oración o clases de palabras

Existen tantas palabras en nuestra lengua que si no tuviéramos ciertos criterios para clasificarlas sería imposible aprender a usarlas.

Las palabras son como las piezas de un juego de ajedrez. Para dominar el ajedrez, necesitas saber al menos tres cosas: ¿Qué representa cada una de las piezas? ¿Qué aspecto físico tienen? ¿Qué función cumplen? Del mismo modo, para dominar el juego de la lengua, es importante que conozcas las palabras tan bien como un jugador de ajedrez conoce sus piezas.