La retórica fue, hasta hace poco tiempo, uno de los pilares de la educación en Occidente. |
Habría que preguntarse más bien: ¿Para qué NO sirve la retórica? Dondequiera que haya seres humanos la comunicación se torna inevitable. De hecho, si algo nos hace humanos, es justamente esa urgencia que tenemos de hablar y escribir para comunicar nuestros pensamientos, deseos y necesidades. Las tecnologías contemporáneas de la información y la comunicación ─las famosas TIC─ han ampliado de forma sorprendente las posibilidades que tenemos los individuos de crear y difundir mensajes (escritos, orales, visuales, etc.); no solo a escala local, sino también a escala planetaria. En este contexto, la retórica, con todas sus reglas y procedimientos para enseñarnos a hablar y a escribir bien, aparece como una de las disciplinas que es necesario redescubrir en el siglo XXI.
Sin embargo, pocas personas dedican su tiempo a perfeccionar sus habilidades comunicacionales. Incluso entre los profesionales que deberían tener un gran dominio de la lengua ─ periodistas, profesores, políticos, abogados, etc.─ es raro encontrar actualmente personas que posean la elocuencia que brinda el estudio de la retórica. Por eso, la comunicación en los medios, en las empresas y en los establecimientos educativos es a menudo confusa e imprecisa, lo cual tiene profundas repercusiones en todos los ámbitos sociales y, en particular, en el económico. ¿Cuántas horas de trabajo (o de estudio) se desperdician anualmente en reuniones o presentaciones interminables donde nadie entiende de qué se está hablando porque el ponente carece de habilidades oratorias (y, muchas veces, lingüísticas)? ¿Cuánto tiempo perdemos tratando de descifrar cartas, mensajes electrónicos, artículos o ensayos que no tienen ni pies ni cabeza?
La retórica no es una disciplina esotérica reservada a unos cuantos genios o iniciados. Es una técnica, como cualquier otra, con reglas y procedimientos que cualquiera puede aprender. La próxima vez que tengas que hacer un escrito, una exposición o una presentación de negocios, trata de aplicar algunas de las técnicas de la retórica clásica presentadas en nuestro blog El español sin misterios. ¡Te aseguro que quedarás sorprendido con los resultados!
En una sociedad donde todos tienen algo que decir pero apenas unos pocos saben cómo hacerlo, la retórica puede convertirse en la herramienta fundamental para alcanzar la elocuencia y, gracias a ella, el éxito académico, profesional y, por qué no, social.
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